sábado, 19 de junio de 2010

Karl Barth Karl Barth es reconocido como uno los teólogos protestantes más influyentes del siglo XX







Karl Barth es reconocido como uno los teólogos protestantes más influyentes del siglo XX. Además de su labor como pensador y pastor cristiano, se destacó por su férrea oposición a la nazificación de la Iglesia, la persecución contra los judíos, y todo tipo de atropellos contra las libertades individuales que caracterizaron al régimen liderado por Adolf Hitler.
Karl Barth nació en Basilea, Suiza, el 10 de mayo de 1886. Pasó su niñez en Berna, bajo la tutela de su padre, Fritz Barth, ministro y profesor de Teología e Historia de la Iglesia.
Entr
e los años 1904 y 1909 estudió Teología en la Universidades de Berna, Berlín, Tübingen y Marburg.
En 1909 inició su labor ministerial asignado a la Iglesia en el pueblo de Safenwil, en el cantón suizo de Argovia, ocupación que mantendría hasta 1921.
En 1913 se casó con Nelly Hoffman, con quien tendría cinco hijos.
Entre 1921 y 1925 se desempeñó como profesor de Teologia en Göttigen y luego en Münster hasta 1930. En ese año fue nombrado profesor titular de la Universidad de Bonn cargo del que fue separado en 1935 por el gobierno nazi debido a su oposición al régimen.

Oposición al Nazismo

Esteban López
* escribe sobre este aspecto:
En 1934 (Barth) escribió un ensayo (Nein! Antwort an Emil Brunner-¡No! Respuesta a Emil Brunner), en el que denunciaba a los antisemitas “Cristianos Alemanes,” que intentaban pervertir el cristianismo histórico por medio de adaptar la teología a la nueva ideología nazi. Mientras el lema de éstos era “Cristo y Hitler”, Karl Barth interviene decisivamente oponiendo el señorío absoluto de Cristo en su doctrina de la relación Iglesia-Estado.
Desde la ascensión de Hitler al poder, Barth mantuvo una verdadera lucha por la iglesia.
Contra los esfuerzos del régimen nazi de establecer una iglesia ‘cristiana alemana’, Karl Barth funda junto con otros (Dietrich Bonhoeffer) la llamada Iglesia Confesante como reacción vigorosa e indignante contra el régimen nazi.

En 1934 tiene lugar el Sínodo de Barmen, cuya Declaración, preparada por Karl Barth, expresa la convicción de que el único modo de ofrecer resistencia a la secularización y paganización de la Iglesia en la Alemania nazi es adherirse firmemente a la doctrina cristiana.
Aunque era ciudadano suizo, Karl Barth no pudo ser inmune a la persecución; su rechazo a una alianza incondicional con el Führer le costó en 1935 la cátedra de teología en Bonn.
Sin embargo, rápidamente le fue ofrecida la cátedra de teología en su ciudad natal, Basilea.
Desde entonces hasta el final de la guerra, Karl Barth continuó luchando por la causa de la Iglesia Confesante, la causa de los judíos y la de los oprimidos en general.

Pensamiento teológico
La ideología de Karl Barth es característicamente independiente. Su teología propone una vuelta a las ideas fundamentales de la Reforma y ubica a “La Palabra” en un nivel de preponderancia. Su visión no excluye los asuntos sociales ni los problemas reales de la Iglesia moderna.
Esteban López
* resume: “en su trato con la Biblia, Barth descubre a Cristo como el centro de la Revelación. Su Teología será Cristología”
Barth consideraba que la teología liberal de la Europa había acomodado la doctrina cristiana a la filosofía y al orden social de la época; y la crisis de la Primera Guerra Mundial habría sido una de las consecuencias de esta alianza non sancta.
El primer acercamiento de Karl Barth a escritura teológica fue un volumen de “Christian Dogmatics”, publicado en 1527, considerado por el propio Barth como un paso en falso.
En tanto se dedicaba a la investigación se encontró con lo que él llamó “una brecha” (de conocimiento). Estaba estudiando sobre la obra de Anselmo de Canterbury cuando descubrió en “la fe que buscaba Anselmo”, que la teología no se justificaba por criterios externos sino que tenía su propia racionalidad y coherencia interna en la figura de Jesucristo.
Este hallazgo le proporcionó la base y la confianza para estudiar y teorizar sobre el Evangelio, basado en el hecho que la Teología es un saber absolutamente racional.
Este fue el puntapié para su obra cumbre, “The Church Dogmatics”, un enorme trabajo editado en cuatro volúmenes de entre dos y cuatro tomos cada uno.
En este trabajo, que no pudo concluir ya que falleció cuando trabajaba en un quinto volumen, se expresa toda la visión teológica de Barth, una perspectiva que si bien constituyó un aporte invalorable a la teología del siglo pasado, mantiene aún hoy en día defensores y detractores, especialmente en cuestiones vinculadas a su concepción de las Escrituras, sobre si son “la Palabra de Dios literal e inefable” o si son una suerte de “compilación de datos y preceptos que toman valor en el marco de la Supremacía de Cristo”. Entonces la controversia que se plantea a partir de la teología de Barth es “Dios es su Palabra” vs. “Dios es distinto y superior a la Biblia, la cual es una herramienta para llegar al conocimiento de Él”.
Su posición acerca de la predestinación, pero de manera diferencial con Calvino, también ha convocado a más de una controversia. Para Barth todos los hombres están predestinados a ser salvos. Entonces ¿Para que esforzarse en predicar? a lo que Barth responde: “Para que puedan agradecer a Dios y llevar una vida conforme a Cristo”.

Probablemente se deba considerar la época de Barth y las corrientes de pensamiento con las que le tocó lidiar para poder comprender el énfasis en ciertos aspectos de sus propuestas teológicas y la esencia de su ideología.
Otros trabajos:
Además de los ya nombrados, publicó otros libros como “The Word of God and the Word of Man”, “Credo”, “Evangelical Theology, an introduction” y más.

Ultimos Días
Su gran labor como pensador y defensor de las libertades, sobre todo en su oposición al nazismo, lo transformó en uno de los grandes referentes del Protestantismo.
En 1948 había realizado el discurso inaugural en la Conferencia del Concilio Mundial de Iglesias celebrado en Amsterdam.
Entre sus grandes preocupaciones, sobre todo a partir de la postguerra, estuvo el deseo de la unidad de los cristianos
(ver)
Retirado como profesor de la Universidad de Basilea, en 1965, continuó enseñando hasta su muerte ocurrida el 10 de Diciembre de 1968.